martes, 1 de junio de 2010

así?


Te acompañaría en las rocas, o bajo el suelo de los que pisan. ¡Si! En ese trágico prado terrestre, o en ese mármol de latitud de carne. Pero creo amor, que como tu, soy de mimbre, y como tal seguiré mejor en el cráneo frío en la montura del salvaje, de ese "rocín apocalíptico"... Así, al final, cuando la noche transite en el río inverso, y el último soplo me ponga en occidente, mis amigos me recostarán sobre mi axila a beber el sudor de la carne y a oler el perfume de nuestra especie que no muere...Allí mismo comentaré mis ultimos atardeceres, me relataran los compañeros los ultimos sucesos y oiré como un transistor con voces que se apagan como viajeros en la niebla. No lloraras por mi condición, con mortales como yo. Es que esta especie que es no morir no trata de años, ni se trata de bestias, ni de caminos a los fines. Es que ante todo, el hombre a sí mismo se estrella como granada y con el tacto de la mirada, le intima al segundo, y le miente al transcurso. Así en nuestra, compañera mía, cabalgaremos en consonantes sobre sementales de sílabas, asaltando el palacio de los añejos en un Pegaso enemigo del tiempo. No te digo entonces, que los demás piensen que te despiden, nosotros seremos para siempre, con coronas de estandares, de un Buenas Noches Eterno.

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